Querido lector: Hoy estoy aquí frente al ordenador escribiendo, porque siento la inmensa necesidad de expresarme, son tantas las injusticias que rodean al mundo de la salud mental, que resulta casi imposible quedarse impasible y no hacer denuncia alguna: Servicios sanitarios, sociedad, familia, mundo laboral, son tantos los ámbitos en los que una persona con problemas de salud mental le cuesta desarrollar...
Cuando decides que debes ir o deciden que deben llevarte al psiquiatra no sabes lo que te espera, y no digo en absoluto que sea contraproducente asistir a un centro de salud mental, ni por asomo. Solo digo que la sociedad no está preparada para digerir a una persona con ningún tipo de trastorno mental, no entra dentro de sus esquemas, de ahí viene la poca comprensión y el gran estigma que predomina incluso con los grandes avances farmacológicos y terapéuticos.
Esta incomprensión y este estigma se refleja en la familia, al ser el espejo de la sociedad, se refleja cuando encierran al paciente en casa y, no dejan que este evolucione hacia la independencia, sino, justo hacia el lado opuesto, con la sobre protección, que lleva al paciente a que cada vez tenga menos confianza en sí mismo como persona, y le sea cada vez más difícil desarrollarse como sujeto.
Aún queda mucho camino que recorrer, pues en el mundo laboral, es necesario de subvenciones para la contratación de personas con algún tipo de problema de salud mental o discapacidad.
Y aunque es cierto que se está caminando hacia delante queda mucho camino por recorrer y con los recortes no es nada fácil, subida de los precios de los medicamentos , recortes en las pensiones, recortes en las ayudas, recortes en la ley de dependencia y un largo etcétera nos hace la vida más difícil, pero de peores hemos salido y ¡NO VAMOS A DEJAR QUE NOS HUNDAN!
